Los bebés tienen mucha facilidad para vomitar, y en general, si se trata de algo aislado, no suele revestir la menor gravedad. Así, es frecuente que vomiten si comen mucho o con demasiada avidez, por no hablar de que muchos pequeños presentan de forma habitual reflujo gastroesofágico.
Los vómitos en bebés pequeños son muy aparatosos, y es frecuente que los papás se preocupen, y piensen que ha devuelto todo lo que ha comido, pero esto no suele ser así. En todo caso, también es importante saber cuándo los vómitos pueden ser síntoma de un problema mayor.
Lo más importante cuando un niño vomita (especialmente si es recurrente) es asegurarse de que está bien hidratado. Hay que tener en cuenta que al vomitar, no sólo pierde líquidos, sino que muchas veces también es difícil reponerlos. Si vomita repetidamente la leche y hasta que no sea visto por el pediatra, se le debe ofrecer un líquido azucarado, por ejemplo una infusión de manzanilla o simplemente agua con azúcar, a cucharaditas. Si no tolera ni pequeñas cantidades de líquido, o si presenta síntomas de deshidratación (boca seca, orina escasa, letargia…) se le debe llevar a urgencias.
Como ya dije, un vómito aislado no suele ser grave, aunque es posible que el bebé se ponga pálido y parezca mareado. Si recupera rápidamente su buen aspecto, se mustra contento y al poco rato vuelve a tener hambre, no debes preocuparte.
En cuanto a los vómitos repetidos, pueden ser síntoma de muchas enfermedades (resfriados, gastroenteritis, otitis, otras infecciones…), pero en general, irán acompañados de otros síntomas.
Hay casos en los que los vómitos sí pueden indicar un problema grave, y en esos casos hay que llevar al bebé a Urgencias. Además de los casos de deshidratación que hablamos antes, son los siguientes:
- El vómito es de color verdoso, marrón oscuro o sanguinolento.
- Presenta dolor (llanto excesivo y sugestivo de dolor).
- Te cuesta despertar al bebé o parece confundido.
- Presenta distensión abdominal (abdomen hinchado).
- Se ha dado un golpe en la cabeza antes de empezar a vomitar.
Vía: Consumer