La gastroenteritis presenta los siguientes síntomas: vómitos repetidos, fiebre, aunque sea poca, diarrea con muchas deposiciones líquidas a lo largo del día (de 6 a 20 veces), acompañadas de dolor durante la evacuación. A veces, puede haber restos de sangre en las heces, sobre todo en caso de infecciones de origen bacteriano, como la salmonelosis.
La gastroenteritis si se presenta acompañada de fiebre muy elevada y persistente debes consultar estos síntomas con el pediatra, ya que es posible que el médico decida prescibirle un antibiótico al niño. También deberás consultar con el pediatra si los vómitos se prolongan durante más de 24 horas.
La gastroenteritis puede tener un origen viral o bacteriano. Las bacterias se dan con más frecuencia en verano, mientras que las virales son más propias del invierno. Los peque pueden contraer fácilmente al entrar en contacto con personas portadoras o infectadas.
Si tu bebé tiene una gastroenteritis, sigue estos consejos:
- Es fundamental que evitar complicaciones, como la deshidratación. Por lo tanto, los vómitos deben cortarse lo antes posible, de modo que se reintegren rápidamente los líquidos perdidos.
- Para conseguirlo, suele ser suficiente con no dar de comer al niño durante unas pocas horas.
- Después puedes ofrecer al bebé pequeños sorbos de una solución rehidratante a base de sales y azúcares.