¿Estás embarazada y te invaden cambios de humor, que van desde la felicidad hasta la tristeza, desde la satisfacción hasta la melancolía? Las causas de estos sentimientos tan dispares son básicamente dos: un nuevo equilibrio hormonal y los evidentes cambios físicos.
A estas causas puede añadirse el miedo a afrontar el embarazo y el sentimiento de desorientación ante el nuevo papel de madre. Se trata de sensaciones comunes a muchas mujeres en tu mismo estado y lo importante es no sentirse culpable.
El miedo que suele asaltar a las futuras madres no depende de una falta de amor hacia el niño, sino de la toma de conciencia de haber iniciado una nueva vida más responsable y llena de obligaciones, pero no por ello menos fascinante y satisfactoria.
Ninguna mujer nace con el don de saber hacer de madre; todas aprenden este «oficio» con la experiencia, equivocándose y mejorando poco a poco. Por consiguiente, intenta vivir tu embarazo disfrutando día tras día de esta experiencia, sintiendo cómo tu hijo crece dentro de ti, sin angustiarte por vuestro futuro; ya tendréis tiempo de aprender a conoceros y a convivir.
- El embarazo es una experiencia única que ha de vivirse con toda la intensidad. Al margen de los trastornos que pueda comportar y que de buena gana se evitarían, debe constituir un momento de paréntesis en la vida frenética de todos los días y una ocasión para concentrarte únicamente en ti misma y en tu hijo.
- No pretendas ser eficiente a toda costa y no vivas las limitaciones de tu organismo como un obstáculo, sino como una oportunidad que te permite, con mayor tranquilidad, dedicarte a tus aficiones preferidas, realizar un poco de ejercicio físico y concederte algunos caprichos de los que el ajetreo de la vida diaria te impide disfrutar. ¡Aprovéchate porque éste es el mejor momento!
- Con tu pareja, además, tienes la oportunidad de experimentar una nueva intimidad más dulce y tierna, así como de vivir junto a él el momento único de asistir al desarrollo de vuestro hijo, estableciendo juntos las bases de vuestra familia. No hay duda de la importancia que tiene el hecho de compartir todo el tiempo posible con el futuro papá, puesto que él, mejor que ninguna otra persona, es capaz de ayudarte a vencer los miedos que podrían surgir durante las distintas fases del embarazo y hacerte sentir deseada, amada y apoyada en tu nuevo papel de madre.
- Por lo que respecta a los temores relacionados con el parto, no tengas reparos en «atormentar» a tu ginecólogo y a tu matrona con preguntas y dudas, realízate todas las pruebas necesarias y prepárate para el momento del parto con un curso específico, seguido a ser posible también con tu pareja, que te situará en las mejores condiciones para afrontar el nacimiento de tu hijo. No olvides que el parto es un acontecimiento «natural», por lo que tienes que vivirlo con la mayor tranquilidad posible, teniendo presente que estás rodeada de personas preparadas que te ayudarán en todo momento y que cuidarán de ti y de tu pequeño.
- Algunas de las cosas que podrían ayudarte a descargar un poco de ansiedad son: hablar con otras mujeres en tu estado (si participas en un curso de preparación al parto conocerás a muchas), compartiendo sus experiencias y consejos (evita, no obstante, a aquellas personas que tienen por costumbre angustiar a las demás con inútiles preocupaciones); escribir un diario con tus propósitos y tus sensaciones (resultará muy agradable releerlo después del nacimiento del bebé); y canalizar tus energías hacia la compra y la organización de todas las cosas que podrían resultar útiles para cuando tu hijo esté en casa.