El sexo de tu futuro hijo ya ha quedado establecido desde la fecundación, al fundirse el cromosoma sexual del óvulo (XX) y el del esperma (x o Y). Hasta la semana 14 no hay diferencia en los órganos sexuales externos y hasta la eco del 5º mes no se podrá distinguir (si se puede) si es un niño o una niña.
XX: Va a ser una niña
Los espermatozoides que generan niñas aportan el cromosoma X. Su cabeza es más grande, son más fuertes y resisten más que los Y, pero son más lentos. Si hay obstáculos en el moco, como acidez, los vencen mejor. Y si al llegar a la trompa, el óvulo aún no se ha presentado, pueden esperarle con vida más tiempo que los espermatozoides Y.
XY: Va a ser un niño
Los espermatozoides con carga Y, los que producen niños, tienen la cabeza más pequeña y son más rápidos y vivaces que los X, pero más débiles, viven 1 ó 2 días. Si cuando son depositados en la vagina, el óvulo ya espera en la trompa, llegan antes y tienen más probabilidades. Si han de esperar a que llegue el óvulo están en desventaja, porque se mueren antes.