Durante el embarazo hay que evitar el consumo de alimentos crudos para evitar la transmisión de ciertas enfermedades como la toxoplasmosis o la listeria. Por precaución se aconseja no tomar jamón serrano y otros embutidos crudos, como el chorizo, a menos que se cocinen por ejemplo en un guiso, ya que se trata de embutido crudo y no cocido.
En cambio puedes comer la mortadela, pavo cocido y el jamón de york porque está cocido.
Aunque parece que ciertos grados de salazón y desecación del jamón pueden matar el toxoplasma, no se puede, en absoluto, determinar qué piezas de jamón serrano pueden ser consumidas, de modo que se debe evitar su ingesta durante el embarazo.