El parto prematuro es el parto que se produce «antes de tiempo». Ese tiempo son las 37 semanas de gestación. Siempre se ha dicho que la mejor incubadora es el útero materno, por eso cuanto más tiempo pueda permanecer el bebé en el útero, mejor pronóstico tendrá el bebé. Lo mejor terapia para el parto prematuro es prevenirlo.
Las señales del parto prematuro son:
- Contracciones que hacen que su barriga se endurezca mucho cada 10 minutos o con más frecuencia
- Cambio en el color de su flujo vaginal, o sangrado de la vagina
- La sensación de que su bebé está empujando hacia abajo. A esto se le llama presión pélvica.
- Dolor débil en la parte baja de la espalda
- Cólicos como si tuviera la regla o el período
- Dolor de barriga con o sin diarrea
La premisa fundamental es intentar evitar el parto prematuro cuando sea posible, mediante el reposo y la medicación úteroinhibidora endovenosa u oral según la gravedad. Si es imposible detener el parto, es de suma importancia que la atención del mismo se realice en un centro médico con la complejidad necesaria para la solución de cualquiera de las complicaciones más frecuentes del bebé prematuro.