En tanto, las mujeres con IMC de 30 o más eran un 60% más propensas a tener un hijo con anencefalia y un 40% más proclives a dar a luz un bebé con espina bífida que sus pares más delgadas.
Asimismo, los bebés nacidos de madres que dijeron que habían aumentado de peso alrededor de la cintura en lugar de sus caderas eran 2,4 veces más propensos a tener anencefalia y tenían 1,8 veces más riesgo de padecer espina bífida.
El incremento de garía un papel importante en el desarrollo de diabetes tipo 2, indicaron los autores.
«Por lo tanto, estos resultados ofrecerían un indicio sobre los mecanismos subyacentes que vinculan la obesidad con el riesgo de defectos congénitos en los hijos, dado que la diabetes clínica también es un factor de riesgo de las malformaciones de nacimiento», concluyeron los expertos.
Vía: buenasalud