A los niños les encanta montar en bicicleta, pero los accidentes son muy frecuentes. Aunque normalmente no son de seriedad, las heridas siempre son más leves cuando el pequeño lleva protegidas las partes más vulnerables: rodillas, codos, y sobre todo, la cabeza.
Aunque nosotros a veces montemos en bici sin casco, no deberíamos permitir que los niños lo hiciesen, aunque vayan por un carril bici. E incluso cuando van en nuestra bici, en patines o patinete, también conviene que lo lleven.
¿Quieres saber cómo debe ser el casco para que resulte seguro?
- Debe estar homologado (es decir, puedes ver en la etiqueta las siglas CE). Eso asegura que cumple las normas de seguridad.
- Debes buscar la talla adecuada para que quede fijo a su cabeza. Tanto si está estrecho como si está holgado, le protegerá peor.
- Además, por dentro debe ser mullido, con un buen almohadillado que evite roces con el plástico. También debe permitir una buena ventilación.
- A la hora de ponerlo, asegúrate que lo lleva en su sitio. El borde de la parte de delante debe quedar a unos 2 cm de los ojos.
- También debe ir bien atado (si no no quedará fijo en su sitio). Abrocha las correas de forma que entre la correa y el mentón con la boca cerrada quede espacio para introducir solo un dedo.
En general, todos los cascos homologados del mercado español resultan seguros y de calidad. Un error que solemos cometer es pensar que los más caros protegen mejor, pero según un estudio realizado por Consumer, no exista tal conexión. Ellos recomiendan, por mejor relación calidad-precio los cascos infantiles de Catlike Tiger.
¿Tu hijo suele montar en bicicleta? ¿Suele llevar casco?