«Mi hijo no quiere comer» es probablemente una de las quejas más frecuentes de los padres, que ven preocupados como el niño pasa de una comida a otra sin apenas probar bocado.
Lo primero es evaluar si realmente el niño come tan poco, o simplemente es una impresión nuestra. Hay que tener en cuenta que ellos necesitan comer mucho menos que nosotros y pueden llenarse en seguida. E incluso cuando el niño, efectivamente, come poco y está delgaducho, en muy pocos casos se debe a una causa física.
En todo caso, ¿qué hacer cuando el niño no tiene apetito?
Lo primero es descartar la existencia de algún problema físico real. Hay una serie de signos que te pueden indicar la necesidad de llevarlo al pediatra. Son los siguientes:
- Ha perdido peso de forma brusca
- Tiene a menudo vómitos y diarreas
- Sale corriendo cada vez que ve el plato, con verdadera angustia
- Ha perdido el apetito de forma repentina, y está iiritable y llorón.
En caso contrario, lo más probable es que el niño esté sano, y simplemente sea poco comedor. Esto se debe en general a causas genéticas (los niños que comen poco suelen tener padres que comían poco de pequeños) y metabólicas. Si la falta de apetito es temporal, suele deberse a sus circunstancias vitales de ese momento, y se recuperará al cabo del tiempo.
En todo caso, hay una serie de estrategias que pueden ayudar a que la hora de la comida no sea un momento de tensión y a que se le abra un poquitín el apetito. Por ejemplo:
- Comed juntos. Veros comer le hará comer.
- No hagas las comidas eternas. Si el niño no quiere comer, gira la cabeza, escupe o se pone a jugar con la comida, retira el plato. Eso sí, no debes proponerle otra comida, simplemente esperar a la comida siguiente. Aunque te parezca que no ha comida nada, para él probablemente haya sido suficiente, y así va aprendiendo a comer lo que «toca».
- Haz comidas equilibradas. Ten en cuenta lo que le gusta y lo que no para que, aunque coma poco, coma de todo. Así, si no come brécol, puedes buscar otra verdura que sí le guste. Debe comer a diario lácteos, frutas y verduras, hidratos de carbono, y carne, pescado o huevos.
- Procura que esté activo. Si se ha estado moviendo todo el día, es más probable que llegue a la siguiente comida con hambre.
- No uses premios o castigos para que coma.
- Sé flexible: si la única manera de que coma la pasta es con salsa de tomate o si solo está dispuesto a comerse la carne si sacas los guisantes, piensa que lo importante es que coma.
Y por supuesto, si estás realmente preocupada y lo ves muy delgado, llévalo al pediatra para que te de su opinión y descartar una causa física.
¿Qué tal come tu pequeño?