Como norma general, los andadores no son recomendables para el bebé. La razón es que pueden favorecer la luxación en las caderas del pequeño y el desarrollo desigual de la musculatura de las piernas. Si se utilizan, debe ser de forma esporádica.
Si lo usa, lo más recomendable es que lo haga un rato al día, como divertimento. Y que lo utilice como apoyo y lo arrastre, no sentado sobre él.