¿Los bebés pueden beber leche de vaca? Esa es una pregunta que muchas mamás se plantean cuando el pediatra les recomienda pasarse a la leche normal, especialmente si el niño no parece encantado con el cambio.
Sobre cuándo se debe introducir la leche de vaca en la dieta infantil hay bastante unanimidad: lo ideal es alrededor de los 12 meses, aunque algunos pediatras consideran que a partir de los 9 meses se puede comenzar con ella (¡nunca antes de los 6 meses!).
¿Quieres saber por qué no se debe introducir la leche de vaca antes?
Hasta los seis meses, lo mejor para un bebé es alimentarse exclusivamente con leche materna. A partir de los 6 meses se comienzan a introducir alimentos sólidos en la dieta, pero la leche sigue siendo un alimento básico. La leche debe seguir siendo materna, o en su defecto, maternizada.
Esto es así porque la leche de vaca no tiene la misma composición que la leche materna, y los bebés no recibirían suficiente hierro, vitamina E y ácidos grasos esenciales. Además, el mayor contenido en proteínas de la leche de vaca podría causar una sobrecarga en los riñones del bebé.
A partir del año la dieta del bebé es más completa, por lo que puede absorver todos los nutrientes de los distintos alimentos, y su organismo ya está preparado para digerir la leche de vaca. Hay leches de continuación, especiales, para niños de entre 1 y 3 años. Aunque están bien para la alimentación infantil, no son necesarias y resultan más caras.
Lo mejor es empezar con leche entera, ya que antes de los 3 años no se recomiendan los otros tipos (semidesnatada o desnatada), ni siquiera para los bebés con sobrepeso (a menos que el pediatra indique lo contrario). Las grasas y calorías son necesarias para un correcto desarrollo del pequeño.
Quizá hayas escuchado también que es bueno introducir la leche de vaca diluyéndola en agua, pero eso es un error, ya que así pierde sus nutrientes. Es mejor comenzar a dársela entera y normal.
¿Cuándo comenzaste a darle leche de vaca a tu hijo?