La piel de tu bebé es suave y delicada, pero no necesita grandes cuidados. Sólo debes saber qué cosas pueden irritarla y evitarlas, como las irritaciones del pañal.
Cuando existe una irritación o infección, lo más importante es mantener su piel limpia y seca en todo momento.
Cámbiale el pañal cada hora durante el día y al menos una vez durante la noche. No limpies sus pompis con el pañal que le quitaste, porque al frotar la piel aumentas la irritación.
Es aconsejable lavar al bebé sólo con agua, porque le alivia quedarse sentado unos minutos en la tina; después hay que secarlo sin frotar o dejar que se seque al aire.
El pañal debe quedarle un poco flojo para que circule mejor el aire y no le lastime las zonas afectadas.
Aplica una capa de vaselina en las áreas irritadas, para crear una barrera protectora e impedir que el contenido del pañal roce la piel lesionada.