La episiotomía es una pequeña incisión de unos 4 cm que se efectúa durante el parto, a la entrada de la vagina, con el objetivo de evitar desgarros y facilitar la salida del bebé.
Aunque se realiza en un 70% de los primeros partos por vía vaginal, la cifra ha descendido considerablemente si lo comparamos con la situación hace solo 10 años. En todo caso, hay determinados casos en los que la episiotomía es inevitable, mientras que en otras ocasiones no es necesario.
¿Quieres saber cuándo es imprescindible?
La episiotomía es necesaria cuando:
- Hay rigidez vulvo-vaginal y peligro de desgarro.
- El bebé está situado en una posición en la que necesita más espacio para salir, por ejemplo, de nalgas.
- Cuando hay sufrimiento fetal y es necesario acelerar el nacimiento.
- Cuando el bebé es muy grande.
Por contra, no es precisa cuando el parto transcurre con normalidad, la madre dilata correctamente y su pelvis es lo suficientemente ancha como para que el bebé pase sin problemas. Sin embargo, en muchos hospitales aún se realiza por defecto a todas las mujeres. Infórmate sobre cómo funciona este tema en tu hospital antes de que llegue el momento.
Tras el parto, la episiotomía tarda alrededor de 10 días en cicatrizar. Mientras tanto es importante extremar las medidas de higiene y seguir las recomendaciones que te indique el médico.