Según un nuevo estudio, las mujeres con síntomas depresivos en los primeros meses de embarazo correrían alto riesgo de tener un parto prematuro.
Los autores hallaron durante un seguimiento a 791 embarazadas que las que tenían síntomas graves de depresión alrededor de la semana 10 de gestación eran dos veces más propensas que aquellas sin síntomas depresivos a tener un parto muy prematuro.
Es más, el riesgo de parto prematuro aumentó junto con la gravedad de la depresión en los primeros meses del embarazo, lo que confirma una relación directa entre ambos factores.
Los resultados, publicados en Human Reproduction, sugieren que la depresión en sí favorece el parto prematuro. La mayoría de las participantes no usaba antidepresivos, es decir que la causa no son los efectos secundarios farmacológicos.
Lo importante para las mujeres es que la depresión en el embarazo no debe subestimarse y considerarse algo normal, opinó el autor principal, doctor De-Kun Li, epidemiólogo de la División Investigación de Kaiser Permanente, en Oakland, California.
Por tanto debe considerarse una situación de riesgo y no se debe ocultar al profesional médico que le atienda a lo largo del embarazo.
Se debería comentarlo con la familia y el médico.
Los resultados, según Li, ilustran las consecuencias potenciales de la depresión prenatal. Si bien la depresión posparto es un problema conocido, destacó, la depresión durante el embarazo ha recibido poca atención.
Eso a pesar de su frecuencia: el 41% de las participantes tenían síntomas de depresión moderada a grave, según un cuestionario clínico estandarizado.
Entre las mujeres sin síntomas significativos de depresión al inicio del estudio, el 4% tuvo un bebe prematuro (antes de la semana 37 de gestación), comparado con casi el 6% de las mujeres con depresión moderada y el 9 por ciento de aquellas con síntomas depresivos graves.
Tras considerar otros factores de las participantes como la edad, la etnia y la condición de tabaquismo, la depresión moderada elevó un 60% el riesgo de parto prematuro, mientras que la depresión grave duplicó esa probabilidad.
Otros estudios, dijo Li, señalaron posibles explicaciones por las que la depresión aumentaría el riesgo de parto prematuro. Influiría sobre las hormonas placentarias e interrumpiría el funcionamiento normal de la placenta, que es fundamental para un embarazo saludable.
Li espera que los nuevos resultados sirvan para controlar la depresión en la consulta obstétrica, como parte del «paquete de atención prenatal».
Pero se necesitan más estudios para demostrar que el tratamiento de la depresión prenatal reduce el riesgo de parto prematuro.