Alrededor de un 7% de las mujeres embarazadas presenta alguna infección urinaria durante los meses de gestación. El aumento de hormonas durante el embarazo hace que el trabajo del riñón se ralentice, y además la vejiga se ve más comprimida por el peso del útero, como resultado de ambos factores es más sencillo desarrollar una infección urinaria.
Las infecciones urinarias pueden afectar negativamente al embarazo, por eso es fundamental detectarlas en cuanto aparecen ya que, con adecuado tratamiento, se solucionan rápidamente y sin riesgos ni para el bebé ni para ti.
Las infecciones urinarias aumentan el riesgo de parto prematuro, y si se desarrollan, pueden provocar problemas graves durante el embarazo. Por eso es importante detectarlas en cuanto comienzan, éstate atenta a cualquier molestia que sientas, así como a cualquier cambio de color u olor en la orina.
Como la necesidad frecuente de orinar es común durante el embarazo, puede resultar difícil saber con certeza si tienes cistitis, especialmente si los síntomas son leves. En caso de duda, asegúrate de llamar a tu médico para que te realice un análisis de orina y así obtener un diagnóstico definitivo.
Durante el embarazo, las infecciones urinarias más frecuentes son las siguientes:
1. Bacteriuria asintomática. Cursa sin síntomas, por eso es importante realizar durante el embarazo análisis de orina. Tu ginecólogo te informará sobre la frecuencia de estos análisis, en función de tu riesgo de contraer la infección.
2. Cistitis. Es fácil de detectar, ya que está asociada a síntomas como irritación al orinar, aumento de la frecuencia urinaria y sensación de no desocupar totalmente la vejiga tras orinar.
3.Pielonefritis. Es la más grave, ya que provoca una infección de riñón, y cursa con molestias para orinar, pero también fiebre y escalofríos. Si no se trata correctamente una cistitis, hay un 30% de posibilidades de que evolucione a una pielonefritis.
Las dos primeras se tratan fácilmente con antibióticos,pero la infección de riñón exige hospitalización para suministras la medicación vía intravenosa. De todas maneras, en las tres está comprobado que el uso de antibióticos no causa problemas para el feto.
Evitar las infecciones urinarias no solo depende de ti, pero sí hay cosas que puedes (y debes) hacer para al menos, ayudar a prevenirlas:
- Bebe mucho líquido y toma muchas verduras y frutas con vitamina C. El zumo de arándanos parece ser muy eficaz para prevenir o para mejorar los síntomas de la cistitis.
- Mantén el área genital higienizada con jabón suave y agua, pero evita los productos especiales para higiene femenina y los jabones fuertes. Tampoco te des duchas vaginales.
- Tras evacuar, límpiate de delante hacia atrás, para evitar la llegada a la vejiga de microbios provenientes del recto.
- Después de mantener relaciones sexuales, limpia el área genital, y orina.
- No aguantes las ganas de orinar.
- Seca muy bien la zona y no la mantengas húmeda (en verano, conviene que te cambies el bañador tras salir del agua).
- Utiliza ropa interior de algodón para facilitar la transpiración.