Para los seres humanos, el buen descanso es un factor fundamental en todas las etapas de la vida. Sin embargo, a los recién nacidos o a los bebés se les dificulta mucho aprender a conciliar el sueño, debido a los múltiples estímulos externos a los que se ven expuestos, además de la necesidad natural de alimentarse en la noche. Esto lleva a que sus horarios de sueños sean erráticos.
Con esto en mente, el objetivo de los padres o cuidadores es ayudar a los pequeños a desarrollar hábitos de sueños saludables que propendan por la conservación de su salud física y mental. Es por esa razón por la que en este artículo te hablaremos sobre qué es la higiene del sueño infantil y cómo ponerla en práctica.
Higiene del sueño infantil: el camino hacia el sueño reparador
Antes de determinar cómo practicarla, es fundamental entender con claridad qué es la higiene del sueño infantil. Esta se refiere al englobe de todas aquellas actividades y hábitos saludables que no solo permitan conciliar el sueño, sino lograr un buen descanso.
La higiene del sueño en niños implica, entonces, identificar y realizar las modificaciones necesarias en el entorno de los pequeños, con el fin de brindar un espacio de descanso acogedor y tranquilo.
El éxito de estos cambios dependerá de la coherencia y la consistencia con la que se practiquen. Por ello, es fundamental persistir cada noche en las mismas rutinas; con el tiempo, el organismo del bebé se acostumbrará y los niveles de descanso mejorarán.
Frente a lo anterior, es muy importante recalcar que uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta es la cantidad de horas de sueño necesarias, de acuerdo con la edad. Por ejemplo, los bebés recién nacidos pueden dormir entre 10 y 18 horas al día, a partir de los 4 meses hasta el año requieren entre 12 a 16 horas de sueño y entre el año y los dos años requieren 11 y 14 horas de descanso.
Pautas y consejos para poner en práctica la higiene del sueño en bebés
Sabemos que lograr la construcción de hábitos de sueño para los pequeños puede resultar complejo y agotador, por eso queremos invitarte a conocer algunas pautas que aclaran y facilitan el proceso.
1. ¡Fundamental! Establece horarios
Una de las pautas más importantes relacionadas con la higiene de sueño en bebés es el establecimiento de horarios. Esto significa que se deberá fijar una hora para dormir; es importante tener en cuenta que aunque esta hora deberá respetarse la mayoría del tiempo, puede tener ligeras variaciones. Esto permitirá que, con el tiempo, el organismo del bebé se acostumbre al momento de dormir y se prepare con antelación para él.
Ahora, forzar el sueño puede resultar contraproducente. Por ello, te recomendamos crear planes de flexibilización que establezcan un cambio de rutina ciertos días a la semana o dependiendo de ciertas circunstancias.
2. Los rituales previos serán grandes aliados
Además de establecer los horarios, la rutina de sueño se debe ver complementada con la creación de rituales agradables para estimular el descanso. En ellos, podrás incluir la lectura de un cuento, un pequeño masaje o un baño relajante, escuchar música tranquila, entre otros.
Además, es importante que te asegures de que la habitación del bebé o del niño sea un espacio verdaderamente relajante. Lo ideal es que no sea un espacio muy iluminado, que tenga una temperatura agradable y que, en lo posible, tenga muy bajos niveles de ruido.
3. Limita el tiempo en pantallas
Hoy en día es muy común que, desde bebés, los niños se vean expuestos a toda clase de pantallas y dispositivos electrónicos. Aunque sabemos que es difícil eliminar esta tecnología de las acciones cotidianas, sí es importante que se limite su uso. Esto porque la luz azul emitida por los dispositivos confunde al cerebro, haciéndole creer que aún hay luz del sol y, por tanto, evita que se prepare para el descanso.
4. Una noche de descanso se logra con una mañana activa
En aras de estimular la higiene de sueño infantil, es primordial estimular una mañana activa, es decir, una mañana de buena actividad. Procura que el bebé o niño se exponga a la luz de sol a primera hora del día y se involucre con rutinas lúdicas y entretenidas a lo largo de la mañana. Así, en la noche, el organismo esperará el momento para dormir.
5. La alimentación es un factor clave
Nuestra última recomendación para poner en práctica la higiene del sueño tiene que ver con la alimentación balanceada. Las cenas ligeras favorecerán la digestión y, por tanto, impulsarán el descanso. Además, reducir el consumo de azúcares reducirá, a su vez, los niveles de energía y ansiedad.
Antes de despedirnos de ti nos encantaría conocer si ya conocías sobre la higiene del sueño infantil y si pones en práctica alguna de estas pautas. Además, si conoces de alguna otra, no dudes en hacérnoslo saber en la sección de comentarios, ¡te leemos!