Cuando tu hijo está cerca del año, comienza a explorar y a perseguir todo aquello que incita su curiosidad. Por eso en esta época también es normal que, a pesar de todos tus cuidados, se caiga más de una vez, y se lleve algún que otro golpe. Cuando tu hijo se golpee la cabeza, debes atenderlo y vigilarlo especialmente.
Para los golpes pequeños, lo mejor que puedes hacer es envolver hielo en un paño o aplicarle compresas de agua fría sobre la zona afectada durante algunos minutos, haciendo pequeños descansos en el medio. Pero si la cosa ya es más complicada y el golpe ha sido más fuerte debes acudir inmediatamente al médico. Si después de verlo lo envían a casa deberás estar atenta durante las siguientes 24 horas y controlar los siguientes aspectos:
Vía: Bebésymás