Casi todos los recién nacidos pierden algo de peso en los primeros días. Aproximadamente, en los tres primeros días el niño pierde un 5 a 10% de su peso. Después, lo vuelve a ganar, recuperando el peso del nacimiento hacia el séptimo o décimo día de vida.
Después de nacer, el bebé pierde un poco de peso. Esta pérdida de peso, que es inferior al 10% del total, se debe a que el recién nacido elimina el contenido intestinal (meconio) y el de la vejiga, también porque al principio, a través de la lactancia materna, el bebé toma el calostro que es rico en nutrientes y elementos inmunológicos pero es pobre el calorías.
Normalmente el bebé recupera el peso de nacimiento alrededor del décimo día.