Lo que dicen algunos estudios recientes, es que seguir con la rutina diaria del trabajo es bueno para la madre. Trabajando te mantendrás más en forma físicamente, y además te ayudará anímicamente a no centrarte obsesivamente en tu embarazo, viendo que hay algo más allá de tu barrigota.
De todas maneras la decisión de seguir trabajando o no, depende de algunos factores como el transcurso de tu embarazo (consulta con tu ginecólogo, el sabé qué es lo mejor para tu caso), o el tipo de trabajo que desempeñes. Si la actividad que desarrollas puede suponer un riesgo para tu bebé, lo más seguro es dejar de trabajar. Consúltalo con un profesional.