Existe un alto porcentaje de bebés que tienen problemas para dormir, esto se debe a que no han adquirido bien este hábito. Tu bebé no nace sabiendo dormir, ya que este es un hábito que va a ir aprendiendo desde sus primeros días de vida.
Cuando el bebé nace, son los padres los que deben enseñarle a dormir. Todos los bebés saben dormir, pero no todos saben hacerlo bien. A partir del tercer o cuarto mes algunos niños pueden dormir de corrido toda la noche y otros se despiertan varias veces.
El recién nacido suele despertarse cada 3 ó 4 horas, a veces cada 2 ó 3 horas para comer. En ese lapso de tiempo el niño se despierta, es alimentado, se le cambia el pañal y se vuelve a dormir. Esto es lo más común pero hay niños que no tienen parámetro horario y pueden dormir hasta 16 horas diarias.
El niño se adapta a períodos más largos de tiempo llegando al tercer o cuarto mes de vida. Generalmente ahí cambia su ritmo biológico, porque el bebé va madurando en la medida en que su sistema nervioso central incorpora estas funciones. Esto no es igual para todos, hay quienes lo logran más tarde.
No es secillo enseñarle a dormir a un recién nacido pero se logra con una rutina diaria, paciencia y perseverancia. También hay que darle pautas para que aprenda a distinguir el día de la noche, el silencio del ruido, los horarios de comida, etc. El recién nacido no distingue entre día y noche. En el útero materno pasaba horas durmiendo y otras despierto, alternativamente, sin horarios preestablecidos.
Los bebés lloran y lo hacen por diferentes causas, como hambre, sueño, frío o calor. No es conveniente alimentarlos inmediatamente ante el primer llanto porque no siempre que lloran significa que lo hacen por hambre. A veces se calman solo por el contacto con la mamá o el papá.