Después de bañarse en la playa o en la piscina, o en cualquier caso antes de volver a casa, es fundamental duchar al pequeño para limpiar su piel y dejarla libre de arena, ya que puede provocarle irritaciones. Recuerda que la piel de los niños es muy sensible.
Finalizada la ducha, hay qye mantener la cabeza del niño inclinada, primero hacia un lado y luego hacia el otro, y mover delicadamente el pavellón auditivo, con el fin de eliminar el agua que se haya podido introducir en los oídos. Si el agua se estanca, los hongos microscópicos que normalmente viven sobre la piel, podrían proliferar e irritar el conducto auditivo externo.
También es conveniente eliminar la arena de los pies, para evitar que los granos de arena provoquen irritaciones y prurito (picazón) en la piel.