Tanto durante el embarazo como durante la primera infancia, el consumo de determinados pescados por parte del bebé se asocia con la disminución del rendimiento cognitivo, además de un retraso en el desarrollo verbal y de la memoria.
Estas son sólo algunas de las conclusiones recogidas en el estudio titulado «Exposición infantil a contaminantes ambientales en Granada y posibles efectos en salud», realizado por la Universidad de Granada.
Este documento sostiene que los niños que comen pescado tres veces por semana (algo que ocurre sobre todo en zonas costeras donde la ingesta de pescado es un habitual varias veces por semana) presentan un peor rendimiento en las áreas general cognitiva, ejecutiva y perceptivo-manipulativa.
Además, aquellos bebés o niños que consumen pesacos ricos en mercurio (conservas, pescado azul y en menor cantidad pescado blanco) también presentan un desarrollo más lento en el área general cognitiva, de memoria y verbal.
Vía: EuropaPress