Existen muchos procedimientos tradicionales que tratan de descubrir incógnitas relacionadas con la fecundación y el embarazo. Hasta no hace mucho tiempo, conocer si el bebe era niño o niña era tarea imposible hasta el momento del parto. Hoy en día los modernos sistemas de ecografías permiten resolver esa duda en los primeros meses del embarazo. Pero lo que la ciencia no ha descubierto aún es como predecir el sexo del bebé antes incluso de que este haya sido concebido.
Existen muchos mitos sobre las formas de averiguarlo. Unos tienen más seguidores que otros, pero en la mayoría de los casos no han sido probados científicamente, por lo que el índice de fiabilidad que proporcionan no es demasiado elevado. Existe una tradición china que cuenta que se encontró en una tumba de la dinastía Ching una tabla que servía para predecir si el bebe concebido iba a ser niño o niña. Según esta tradición, que cuenta con más de siete siglos de antigüedad, los dos únicos elementos que influyen en el sexo del bebé son la edad de la madre y el mes de concepción.
Son muchas las personas que creen en la eficacia de esta tabla china del embarazo, a pesar de que no tiene en cuenta un factor determinante: la influencia del espermatozoide en el sexo del bebé. La tabla ofrece datos para la concepción en cualquier mes del año en mujeres de 18 a 45 años. Tan solo hay que tomar esos dos datos y ver en la tabla el punto donde se cruzan, ahí se indica si será niño o niña.
Con una rápida lectura de la tabla se puede comprobar cómo la predicción indica que cuanto más joven sea la mujer, más posibilidades hay de que el bebe sea niño. En la zona media de la tabla, en torno a los 30 – 33 años, el número de meses en que la mujer concebirá una niña es mucho mayor que en otras edades. Sabiendo estos datos y si se cree lo que esta tabla indica, se puede escoger el sexo del bebé incluso mucho antes de estar embarazada.