Según un estudio elaborado con motivo del día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal, una de cada cuatro embarazadas españolas (el 25%) bebe alcohol durante el embarazo, a pesar de que numerosas investigaciones han demostrado que ingerir este tipo de bebidas, puede producir retraso mental y malformaciones al nacer.
En Holanda se estima que entre el 35 y el 59% de las gestantes toman alcohol mientras están embarazadas, y que en Reino Unido e Irlanda la cifra puede ser incluso superior.
Según Francisco Pascual Pastor, miembro de Socidrogalcohol y coordinador técnico de la Federación de Alcohólicos Rehabilitados, casi el 1% de la población europea, unos 5 millones de personas, padece malformaciones y problemas por Trastorno del Espectro Alcohol Fetal (TEAF).
Pascual ha explicado que cuando una madre bebe alcohol, el embrión o el feto alcanzan la misma alcoholemia, gramos de alcohol por litro de sangre, que la madre, ya que el etanol pasa sin dificultad la barrera placentaria.
Con el nombre de TEAF es como se conocen los problemas físicos y mentales que puede sufrir un bebé si su madre ha bebido durante el embarazo.
Pascual ha señalado que el TEAF dura toda la vida y no hay curación, pero que si se identifica a los niños que sufren estas dificultades a tiempo, pueden recibir servicios que ayudarán a mejorar su bienestar.
También ha indicado que no hay una dosis que se pueda considerar lesiva de necesidad, ni tampoco una dosis no lesiva, porque se desconoce cuánto alcohol puede ser dañino, ya que cada mujer y cada embarazo responderán de forma distinta, de lo que se deduce que ninguna mujer debe consumir ninguna cantidad de alcohol durante el embarazo si no quiere poner en riesgo a su futuro hijo.
Las alteraciones se producen por una alteración de los péptidos, las neurotrofinas, que, debido al alcohol, pueden quedar destruidas, y que juegan un papel importante en el proceso de aprendizaje y en la memoria.
Ante esta situación, los expertos alertan de que no hay que convertir lo que debe ser el lugar más seguro del mundo en un riesgo para el recién nacido y que, ante un embarazo, no hay que tomar ni gota de alcohol.