Las mujeres diabéticas tienen casi las mismas probabilidades que las mujeres no diabéticas de tener un bebé sano, siempre y cuando sus niveles de azúcar en la sangre se mantengan normales antes y durante el embarazo.
Las mujeres diabéticas que no han controlado su enfermedad debidamente durante las primeras semanas del embarazo tienen de dos a cuatro veces más probabilidades que las mujeres no diabéticas de tener un hijo con un defecto de nacimiento grave, tal como un defecto cardíaco o un defecto del tubo neural. También tienen un riesgo mayor de aborto espontáneo y nacimiento sin vida, así como de tener un bebé demasiado grande, lo cual hace que el parto vaginal sea más difícil y pone al bebé en peligro de sufrir lesiones durante el nacimiento.
Si tienes diabetes y deseas tener un bebé, consulta a su médico antes de planificar la concepción y así controlar adecuadamente el nivel de azúcar en su sangre. Si tienes bajo control su nivel de azúcar en la sangre alrededor del momento de la concepción, el riesgo de tener un bebé con un defecto de nacimiento es casi el mismo que el de las mujeres no diabéticas.
Si tomas medicamentos orales para controlar la diabetes, deberás reemplazarlos por insulina antes y durante el embarazo, ya que dichos medicamentos pueden causar defectos de nacimiento.
Es posible que tu médico también te aumente la dosis diaria de ácido fólico por encima de los 400 microgramos recomendados, para reducir el riesgo de defectos de nacimiento.
Necesitarás realizar visitas prenatales frecuentes para ajustar tu dieta y tu dosis de insulina a medida que avanza el embarazo y, además, deberás controlar su nivel de azúcar en la sangre varias veces al día.