Si su bebé nace en por cesárea, es muy probable que la madre se mantenga despierta durante la intervención quirúrgica. Los bebés que nacen por cesárea suelen ser revisados por una enfermera pediátrica o un pediatra en cuanto nacen. Esta revisión se suele llevar a cabo en la sala de operaciones, muy cerca de la madre.
Dado que los bebés que nacen por cesárea pueden tener dificultades para eliminar parte del fluido pulmonar y mucosidades, suele ser necesaria una aspiración mayor de la nariz, boca y garganta. En ocasiones, se requiere una aspiración más profunda, en la tráquea.
Una vez que se revisa al bebé, una enfermera se encarga de abrigarlo y se lo acerca a la madre para que lo vea y lo toque. En muchos hospitales, los bebés nacidos por cesárea permanecen en el cuarto de cunas por un lapso de tiempo para su observación. Allí se efectúan los procedimientos habituales, tales como medición del peso o administración de medicamentos. En general, se lleva el bebé a la madre mientras ella se encuentra en el área de recuperación después de la intervención quirúrgica.
Muchas madres creen que no podrán amamantar después de la cesárea, lo cual no es verdad. La lactancia puede comenzar durante las primeras horas posteriores al parto en la sala de recuperación, al igual que ocurre con un alumbramiento vaginal.
Pídale a alguien que la acompañe durante su estadía en el hospital posterior a un alumbramiento por cesárea. Durante los primeros días, sentirá bastante dolor y necesitará que alguien la ayude a atender al bebé.