Se acerca el verano y es buena época para empezar a familiarizar al bebé con el agua. Aunque para enseñarles a nadar hay que esperar un poquito más, los bebés pueden empezar a tomar contacto con el agua y aprender a flotar desde muy chiquitines.
Llevar al bebé a la piscina, por ejemplo y dejar que empiece a flotar y jugar con el agua es una actividad muy aconsejable para los bebés porque les estimula en muchos campos.
Alrededor de los 4 meses es la edad idónea para comenzar con estas actividades, ya que es cuando empieza a dar respuestas motrices a sus sensaciones.
Lo más aconsejable es continuar con estas prácticas hasta los 36 meses cuando ya empiezan a ser un poco más autónomos.