Crisis de espasmo del sollozo | ¿Cómo manejarla?

crisis de espasmo del sollozo

Cuando tenemos el desafío de cuidar a nuestro bebé, son muchas las cosas que nos pueden generar alarma. Las crisis de espasmo del sollozo son una de ellas. Se trata de episodios que, aunque asusten a los padres, suelen ser benignos y temporales. Son bastante comunes y afectan a bebés y también a niños pequeños. En las próximas líneas te contamos en qué consisten estas crisis, cómo distinguirlas y cómo tratarlas para cuidar a tu bebé de la mejor manera. ¡Acompáñanos!

¿Qué es la crisis de espasmo del sollozo?

La crisis de espasmo del sollozo es una reacción involuntaria que ocurre en algunos niños cuando están muy frustrados, asustados o, en algunos casos, incluso después de un llanto prolongado. Durante un espasmo del sollozo, el niño puede dejar de respirar momentáneamente, lo que provoca que se ponga pálido o incluso azulado debido a la falta momentánea de oxígeno. Aunque puede parecer alarmante, en la mayoría de los casos, el niño vuelve a respirar de forma espontánea en cuestión de segundos. Estas crisis suelen ocurrir entre los 6 meses y los 6 años de edad, siendo más frecuentes alrededor de los 2 años.

Ahora bien, en relación a por qué ocurren estos episodios, se sabe que son una respuesta del sistema nervioso, que se activa cuando el pequeño está atravesando emociones fuertes, a menudo asociadas con el miedo, el dolor o la frustración. Es un reflejo involuntario, que afecta la respiración y en ocasiones el ritmo cardíaco. Es importante que tengamos en cuenta que no se trata de crisis voluntarias ni que sean controlables por el niño. Tampoco representan ningún riesgo de enfermedad, y suelen desaparecer con el crecimiento. La mayoría de los niños superan las crisis de espasmo del sollozo antes de los 5 o 6 años.

Tipos de espasmo del sollozo

Crisis de espasmo del sollozo

Existen dos tipos principales de crisis de espasmo del sollozo, y aunque ambos pueden asustar a los padres, tienen diferencias importantes en cómo se presentan y cómo afectan al niño. El primero y el más común es el espasmo del sollozo cianótico. Éste suele darse en los momentos en que el niño está enojado o frustrado. Se generan siguiendo episodios de llanto intenso, en los que el bebé puede dejar de respirar. Su piel se puede tornar azulada, en un proceso que se conoce cono cianosis. Si bien para los cuidadores puede ser impactante y generar temor, esta crisis suele pasar sola en unos segundos, sin dejar consecuencias a largo plazo.

Otro tipo de crisis de espasmo del sollozo es el espasmo del sollozo pálido. Se presenta con menos frecuencia, y generalmente se da a consecuencia de un susto o un dolor repentino, como una caída. Se le asocia con una caída brusca del ritmo cardíaco debido a la activación del nervio vago. Cuando lo experimenta, el niño puede dejar de respirar y tornarse muy pálido. Al igual que el espasmo cianótico, esta crisis también es temporal y el niño vuelve a la normalidad a los pocos segundos.

¿Qué hacer durante una crisis de espasmo del sollozo?

Saber cómo reaccionar ante una crisis de espasmo del sollozo es crucial para manejar la situación con calma y sin pánico. Lo primero en este sentido es que mantengas la serenidad. Ver que tu hijo deja de respirar puede resultar muy aterrador, pero si tienes el conocimiento de que se trata de episodios breves y comunes, tendrás mejores herramientas para manejarla.

Otro aspecto importante es que coloques a tu bebé en una posición segura mientras atraviesa la crisis de espasmo del sollozo. Lo ideal es acomodarlo tumbado en el suelo o en una superficie blanda, para evitar caídas si llega a perder el conocimiento brevemente. Asegúrate de que el bebé no esté en riesgo de lastimarse durante el episodio.

Un error común de los padres en la gestión de la crisis de espasmo del sollozo es sacudirlo de forma agresiva, intentando que se «despierte» o que pueda respirar de nuevo. Esto no es necesario. Las sacudidas pueden generar daño físico, y además no ayudarán en absoluto a que el bebé vuelva a la normalidad. Tan solo ten un poco de paciencia. Recuerda que los episodios no duran más de unos pocos segundos.

También es importante en la gestión de la crisis de espasmo del sollozo, que una vez que el espasmo ha pasado y el bebé vuelve a respirar con normalidad, le brindes consuelo y soporte. Es posible que esté desorientado o lloroso después del episodio. Abrazarlo y hablarle en un tono suave ayudará a calmarlo y a reducir el estrés emocional.

¿Cuándo acudir al médico?

La crisis de espasmo del sollozo suele ser un asunto de muy poca gravedad en el crecimiento del bebé. Sin embargo, hay ciertos casos en los que puede ser necesario buscar atención médica. Por ejemplo, un signo de alarma es que los episodios sean frecuentes y muy prolongados, de más de un minuto. También son señales de alarma que el niño pierda el conocimiento repetidamente durante las crisis, o que los espasmos del sollozo están acompañados de convulsiones. Presta atención a si el niño tiene dificultades para respirar durante periodos prolongados, y si el color de su piel no vuelve a la normalidad rápidamente después del episodio. Un pediatra podrá evaluar el caso y descartar cualquier condición subyacente más grave, como problemas cardíacos o respiratorios.

¿Cómo prevenir los espasmos del sollozo?

Aunque la crisis de espasmo del sollozo no se puede prevenir por completo, hay algunos factores que puedes tener en cuenta para reducir su frecuencia y gravedad. Lo primero es minimizar las situaciones de estrés extremo, que puedan desencadenar frustración o rabietas intensas en el niño. Prepara a tu bebé para transiciones o cambios en su rutina con anticipación, y procura un ambiente calmado.

También es importante que trabajes en enseñar al niño a manejar sus emociones de manera asertiva, fomentando la comunicación y enseñándole maneras adecuadas para gestionar sus momentos de enojo y frestración. En caso de que los espasmos se asocien a sustos o caídas, asegúrate de que el entorno en el que se encuentra tu bebé sea seguro.

En definitiva, las crisis de espasmo del sollozo no son episodios de gravedad en la mayoría de los casos. Sin embargo, suelen generar mucha angustia en los padres. La clave está en informarte y manejar la crisis de la manera más asertiva posible, para darle a tu bebé el soporte que necesita. Y si quieres seguir aprendiendo sobre el fascinante viaje de la maternidad, te dejamos este artículo en el que te contamos todo sobre la salida de los dientes del bebé y cómo ayudarlo. ¡Hasta la próxima!