Elegir destino
A la hora de planificar las vacaciones cuando tenemos niños pequeños, hay que elegir un lugar donde el bebé esté cómodo y seguro, y donde, además, puedas llevar a cabo las rutinas habituales de tu bebé. La decisión del destino no es fácil.
Un dilema clasico es «¿playa o montaña?» Ambas alternativas son adecuadas para ir con bebés siempre que se tomen las precauciones necesarias, aunque en determinados casos, una opción puede resultar más adecuada, de ahí que sea importante conocer las ventajas y desventajas de cada destino.
La playa
- Perfecto para peques alérgicos por la ausencia de polen
- El yodo del agua activa el funcionamiento de las glándulas endocrinas
- La brisa marina abre el apetito
- Hay que estar pendientes de la arena, tienden a meterla en la boca
- No puedes ir a la playa al mediodía para evitar insolaciones
- Si el bebé es muy pequeño, no debes exponerlo al sol
- Hay que extremar las precauciones en el agua a la hora del baño para evitar accidentes
La montaña
- El niño entra en contacto con la naturaleza
- Su clima seco es ideal para niños con problemas pulmonares
- El riesgo de infección se reduce porque los viriu y las bacterias no sobreviven a determinada altitud
- La radiación solar aumenta por la altura, conviene no elegir un lugar superior a los 1.000 metros
- Hay peligro de picaduras de insectos y de contacto con plantas tóxicas