Con la llegada del invierno y el frío, los resfriados están a la orden del día. Pero si tienes la mala suerte coger, puedes tomar algunas medidas muy sencillas para no contagiar a tu bebé.
- Cuando estornudas o toses los virus salen disparados a metro y medio de distancia, si el bebé se encuentra en ese radio de acción es probable que los microbios lo ataquen, así que asegúrate de poner siempre la mano delante de la boca aunque te parezca que no estás muy cerca del bebé.
- Cuando le des de comer, no lo hagas con la misma cuchara con la que has probado la papilla antes.
- Mientras te dure la fase fuerte del resfriado no abuses demasiado de los besos y las caricias. No quiere decir que no le des cariño a tu bebé, si no que no seas demasiado efusiva.
- Antes de darle el pecho o cambiarle lávate las manos. Recientes estudios han comprobado que las manos son las mayores responsables en la propagación de los virus.
- Mientras le des el pecho, ponte una mascarilla para impedir la propagación de los microorganismos por la respiración. Deja de usarla en cuanto los síntomas desaparezcan.
