Nadie las ha enseñado la tarea de ser madre. Parece algo natural y propio del ‘ser mujer’ pero a veces la presión puede llegar a desbordar. El nacimiento de un hijo brinda los mayores momentos de satisfacción personal, pero el día a día para la mujer moderna embarazada es una batalla constante.
Intentar ser una mamá sana y madura desde el primer momento pone a prueba los mejores talentos y habilidades, consumiendo toda la energía y generando miedos y ansiedad.
Aunque estar embarazada no es sinónimo de enfermedad, la futura madre no vive esta etapa de su vida como si no ocurriera nada fuera de lo común. La mayoría de las mujeres se adaptan bien a los cambios físicos y psicológicos que se producen durante el embarazo pero el acelerado ritmo laboral, las emociones y preocupaciones pueden generar situaciones de tensión que se van acumulando y que dan lugar al temido estrés, que puede llegar a afectar al curso normal del embarazo.
Una alimentación correcta y unos sencillos trucos de relajación resultarán muy beneficiosos cuando la ansiedad haga aparición en escena. Para ello sólo es necesario ropa cómoda y un entorno tranquilo y agradable. Una habitación silenciosa lo más alejada posible del teléfono es lo más recomendable. El tiempo dedicado para desconectar del mundo exterior no debe ser inferior a 20 minutos diarios. Recostada e inclinada levemente hacia un lado sostener el vientre con una almohada. Es el momento de despejar la mente de problemas y pensar en cosas y momentos agradables. Trasladarse imaginariamente a una playa paradisiaca es un recurso muy efectivo.
Llega el momento de concentrarse en la respiración. Inspirar honda y lentamente desde el estómago, nunca desde el pecho, y sentir que todo está bajo control y que el bienestar depende exclusivamente de una misma. Por último poner atención en los músculos. Descubrir donde están localizadas las tensiones y sentir como se relaja cada parte del cuerpo.