Debes sujetar al bebé con suavidad pero con firmeza. Con el fin de transmitirle una sensación de seguridad similar a la percibida en el útero materno, los movimientos de los padres no deben ser bruscos ni repentinos.
Dado que el recién nacido no puede sostener la cabeza por sí mismo, es muy importante que esté siempre bien sujeta. De ahí que no sea aconsejable usar sillitas durante los dos primeros meses.
Las mochilas porta-bebés sí pueden usarse sujetando un poco la cabeza con una de las manos. También puede usarse un chal tipo «indígena» que se anuda en el hombro o la espalda de la madre.
Para tumbarlo o sacarle de la cuna
Se coloca una mano bajo el culito del bebé mientras que con la otra se le sujeta la parte superior de la espalda y la cabeza.
O también se introducen ambas manos bajo las axilas, dejando el pulgar en la parte de delante y dirigiendo los otros cuatro dedos hacia arriba, por detrás del cuello, para sujetar la cabeza.
Para llevarle en brazos
A la hora de mantener un contacto visual con el bebé y acunarlo hay que apoyar su cabeza en el codo mientras el cuerpo descansa sobre el brazo y se le sujeta el culito con la misma mano.
Para fomentar la curiosidad del bebé, se apoya su espalda contra el vientre del adulto al tiempo que se le sujeta con una mano del culito y con la otra del abdomen. Así podrá ver todo lo que se mueve a su alrededor.
Para expulsar los gases o cuando tose
Cuando el bebé tose o cuando necesita expulsar los gases hay que sujetarlo del culito al tiempo que se apoya su cabeza y su cara en el hombro del adulto y se le dan unas palmaditas en la espalda.
Para calmar los cólicos del lactante o la retención de aire en el abdomen hay que sujetarlo boca abajo, como si fuera un avión, con el tronco apoyado en el antebrazo y la otra mano en la espalda.