La mucosidad y las flemas generan malestar en el pequeño, creándoles dificultades para respirar y pudiendo generar otros problemas médicos como otitis e infecciones de garganta entre otros. Ante esta circunstancia es muy importante mantener las fosas nasales limpias y despejadas, como el bebé no puede sonarse el mismo los mocos, esta tarea debe ser realizada por los padres.
Gracias a los distintos modelos de aspiradores nasales y peras puede realizarse esta tarea de una forma más cómoda.
La llegada del invierno suele venir acompañada con una bajada generalizada de las temperaturas y un empeoramiento de las condiciones climáticas, aspectos que favorecen la aparición de resfriados y congestiones en nuestro bebé. Por eso hoy vamos a ver cómo resolver este problema.
Tipos de aspiradores nasales y cómo usarlos
Existen muchos utensilios a la venta para limpiar la nariz y eliminar los mocos del bebé, debe elegirse el que resulte más cómodo y efectivo para esta tarea. Los aparatos más utilizados pueden clasificarse en tres tipos:
Aparatos con sonda y bocado de aspiración
Se caracterizan por que disponen de un tubo de goma con bocado, para que la persona que limpia la nariz del bebé aspire extrayendo los mocos. Este dispositivo ofrece la ventaja de dejar libre ambas manos para sujetar al bebé.
Aspiradores con sistema de succión
Entre ellos pueden incluirse las peras y aquellos que disponen de bombas internas para aspirar los mocos del bebé. No requieren aspirar para utilizarlos y generalmente se pueden usar con una sola mano.
Aspiradores nasales eléctricos
Disponen de una bomba interna alimentada por pilas que succionan los mocos y flemas del pequeño. Son cómodos y eficaces, aunque también son los más caros.
¿Cómo limpiar las fosas nasales?
Si se trata de un bebé muy pequeño, la mejor postura para colocar al bebé es tumbado en el cambiador con la cabeza ligeramente inclinada. Seguidamente se aplica suero fisiológico y se espera un minuto. A continuación se comienza a aspirar con mucha suavidad para evitar una succión excesiva. Repetir estos pasos hasta despejar la nariz del pequeño.
Si el bebé es más grande, puede resultar más cómodo limpiarle las fosas nasales manteniendo sentado al pequeño. Debe tenerse mucha paciencia y hablar para tranquilizar al pequeño, ya que a este le resultará incómoda y desagradable esta tarea, pero es de gran importancia hacérsela.