Aunque las madres siempre tienden a tapar excesivamente a sus hijos, muchas veces seguimos preocupadas por si estará lo suficientemente abrigados, o si les cogerá el frío. Saber si tu hijo está suficientemente abrigado es más fácil de lo que parece.
Para saber si tu hijo está suficientemente abrigado, debes tener en cuenta estos tres sencillos consejos:
• Cuando tú sientes frío o calor, lo más probable es que el bebé esté viviendo la misma sensación.
• Para comprobar si tu hijo tiene calor, solo tienes que tocarle el cuello o la frente, indicadores mucho más fiables que las manos o los pies.
• Cuando el pequeño no consigue mantener el calor corporal, se inquieta, su respiración es más acelerada, y a veces también llora.