Los bebés son especialmente susceptibles a las bacterias, así que os doy aquí una serie de indicaciones a respetar para aprender cómo manipular correctamente los alimentos del bebé, ya sea la leche materna o la artificial, así como los potitos.
Todo es importante; desde los aparatos eléctricos que usamos para manipular los alimentos, hasta el propio alimento y su caducidad así como el contenedor que usamos para transportar la comida.
- Guarde la leche materna en frascos esterilizados previamente con agua hirviendo.
- Pon una etiqueta a cada recipiente con el nombre del bebé (por si está en la guardería), la fecha en la que lo han guardado y la hora. Puedes refrigerarlo y usarlo en un plazo máximo de dos días o congelarlo y usarlo en el plazo de un par de semanas.
- Usa un plato para darle de comer a tu bebé si hablamos de potitos; no uses el frasco, porque si sobra tendrás que tirarlo ya que las bacterias de la boca del bebé contaminarán la comida si esta sobra y quieres guardarla.
- Revisa siempre la fecha de caducidad de la comida de bebé que compras y si está caducada no se la des nunca.
- La comida debe de estar totalmente cerrada de forma hermética. Asegúrate siempre de que el botecito hace «pop» cuando lo abres, o que la tapa se hunde cuando presionas.
- Nunca calientes la comida de tu bebé en un microondas, ya que lo harás de forma desigual y correrás el riesgo de quemar a tu bebé.
- Los potitos de fruta y verduras se conservarán propiamente en la nevera durante dos o tres días y en el congelador durante unos 7 meses! Huele y prueba tú mism@ antes de dárselo a tu bebé.
- Los potitos de carne y huevos se mantendrán bien en la nevera durante 1 día como máximo y en el congelador durante un mes. Huele y prueba tú mism@ antes de dárselo a tu bebé.
- Las combinaciones de verduras y carnes pueden conservarse en el frigorífico durante 1 o 2 días y en el congelador durante sólo un mes.
Vía: ChildCareFood