Durante los primeros meses de vida, el bebé no distingue el día de la noche, duermen y se despiertan cada pocas horas. Los bebés presentan un ritmo vigilia-sueño llamado ultradiano, cada 3 o 4 horas se despiertan, comen y se vuelven a dormir.
Los adultos seguimos un ritmo de vigilia-sueño circadiano, que se repite aproximadamente cada 24 horas.
A los 6 meses ya tienen establecidas casi todas las fases del sueño y muchos bebés empiezan a concentrar las horas de sueño durante la noche, consiguiendo dormir casi toda la noche de un tirón.
- El 30% de los bebés no se adaptan fácilmente al ritmo de sueño de los adultos y debido a esta falta de sueño, el bebé se siente nervioso e irritado, cansado y llora, lo que provoca que los padres tampoco duerman y se sientan frustrados.
Algunos estudios han demostrado que la leche materna presenta variaciones en la concentración de ciertos nutrientes, como el triptófano, un aminoácido esencial y necesario para que el cerebro segregue la serotonina, un neurotransmisor cerebral que favorece el sueño, ya que la serotonina es precursora de la hormona melatonina, vital para regular el ciclo diario de vigilia-sueño.
Esto nos enseña de nuevo, que la lactancia materna es una gran ayuda para el desarrollo de nuestro bebé, además de ayudarle a dormir por las noches, pues la succión al pecho cansa y relaja más, además consta de todos los nutrientes necesarios para él, y aunque el sueño es un proceso evolutivo, sin duda, la leche materna le aporta el triptófano necesario para ayudarle a conseguir el ritmo circadiano.