Aproximadamente, entre el 30 y el 35% de las mujeres embarazadas cuentan con ciática y entre los síntomas que ello conlleva se encuentra el dolor producido por la inflamación del nervio en cuestión. Este dolor radica en la parte baja de la espalda y en la mayoría de los casos suele aparecer durante el segundo trimestre de gestación, pudiendo alargarse hasta el tercero.
Suele producirse cuando se inflama el nervio ciático, considerado como el más grande de todo el cuerpo, comenzando en la zona de la pelvis, parte trasera de los músculos, la rodilla y finalmente los pies y sus dedos.
¿Qué es la ciática?
Se trata de un dolor que resulta bastante molesto en la zona lumbar que va descendiendo hacia el pie. En ocasiones este dolor es sentido como un fuerte pinchazo bajo la cintura o en la zona alta del glúteo. Entre sus características destaca por dar la sensación de debilidad así como hormigueo continuo en la pierna o entumecimiento entre otras.
Una de las razones del por qué suele doler esta zona del cuerpo es porque el nervio ciático es muy sensible a la presión. Una sobrecarga de peso como la que acarrea el embarazo es una de las causas de las causas. Cuando el útero va creciendo, los nervios espinales que alimentan al nervio ciático van sufriendo un episodio de compresión, lo que hace que la zona se torne irritable.
Aunque lo normal es que aparezca avanzado el embarazo, hay un pequeño porcentaje de personas que puede sufrirla desde las primeras semanas. Esto es debido a que durante la gestación, el organismo de la mujer segrega relaxina, una hormona que contribuye con el reblandecimiento de la zona del pubis para así poder facilitar la salida del bebé.
Cómo reducir el dolor producido por la ciática
Es muy recomendable practicar ejercicio, pero bastante moderado por el estado de la mujer, lo que demuestra que el deporte, incluso estando embarazada, reporta muchos beneficios. Los masajes y la osteopatía contribuyen a la reducción del dolor así como llevar un control exhaustivo del peso para evitar la compresión al nervio y que resulte muy molesto.
Intentar siempre usar el calzado adecuado para cada actividad así como evitar las malas posturas sentadas frente al ordenador, viendo la televisión, trabajando o incluso a la hora de acostarse. También es recomendable aplicarse calor seco en la zona varias veces al día, duela o no duela.