El colesterol alto es un problema que se ha asociado tradicionalmente con las personas mayores, pero cada vez más niños muestran niveles preocupantes (superiores a 200 ml/dl).
De los niños con colesterol alto, la mayoría lo tienen por su estilo de vida (dieta rica en grasas saturadas, escaso ejercicio físico…), y sólo 1 de cada 500 lo tiene por cuestiones hereditarias. Esto quiere decir que con una dieta adecuada y la realización de deporte (dos hábitos ideales también para niños sanos) el problema se puede revertir.
Pero tampoco hay que obsesionarse con los niveles de colesterol a menos que él médico lo indique. Alrededor de un tercio de los niños con colesterol alto, lo deben a la presencia de HDL (el colesterol bueno). Escucha siempre al pediatra antes de sacar conclusiones.
¿Quieres saber más sobre el colesterol en niños?
Cuando los niños tienen el colesterol alto, tememos que eso aumente su riesgo cardiovascular en el futuro, pero no está probado que unos niveles altos de colesterol en la infancia signifiquen unos altos niveles de colesterol durante la vida adulta.
Para que esto no ocurra, es fundamental desarrollar hábitos saludables, no sólo para mantener el colesterol malo a raya, si no, sobre todo, para aprender a vivir de forma sana y poder mantener esas rutinas a medida que se crece.
¿Qué hábitos saludables debes inculcar en tu hijo?
- Peso adecuado: es fundamental que el peso de tu hijo se mantenga dentro de los rangos adecuados para su sexo, altura y edad. Pídele ayuda al pediatra si ves que está engordando más de lo que conviene.
- Debe haber un aporte de calorías suficiente, pero no excesivo. Recuerda que los niños necesitan comer menos que los mayores.
- Diseña una dieta variada que no excluya ningún tipo de alimentos (frutas, verduras, legumbres, cereales, pescados, carnes magras, lácteos…).
- Las grasas son importantes para el cuerpo, pero en su justa medida. No le dejes abusar de las grasas saturadas (mantequillas, embutidos…) y compra los lácteos desnatados. Nunca compres productos industriales o pre-cocinados, o al menos vigila que no lleven grasas trans.
- Aumenta el consumo de frutas, verduras y legumbres.
- Fomenta el uso de aceite de oliva, especialmente crudo.
- Anima a tu hijo a practicar deporte de forma habitual. Cuando es pequeño, puedes meterlo en actividades extraescolares deportivas. Busca además, alternativas de ocio activas para realizar en familia.
- Haz todo lo posible por evitar que tu hijo se convierta en fumador pasivo. Inhalar humo de tabaco no sólo es malo para el corazón, aumenta el riesgo de padecer asma y empeora los síntomas de los niños asmáticos y otros problemas como la otitis. Así que convierte tu casa y coche en espacios libres de humo.
- Vigila su tensión arterial. Una tensión arterial es muy rara en niños, pero conviene tomarla anualmente, a partir de los 4 o 5 años, para asegurarse de que no existe ningún problema.
Todas estas medidas son adecuadas para todos los niños, independientemente de que tengan problemas de colesterol o no, porque sin duda, contribuirán a evitar que los tengan en el futuro. La mayoría de los niños no se hacen pruebas de colesterol, pero hay grupos de riesgo en los que hay que controlar especialmente los niveles de esta sustancia. Son los siguientes:
- Al menos uno de los padres tiene niveles de colesterol superiores a 240 mg/dl.
- Tiene padres o abuelos que han sufrido problemas de corazón antes de los 55 años.
- Niños con un exceso importante de peso y que llevan una vida sedentaria.
- Niños con enfermedades crónicas como diabetes, hipertiroidismo, o enfermedades de riñón.
Si tu hijo cumple alguna de estas características, debes comentarlo con su pediatra y analizar sus niveles de colesterol de forma frecuente desde la infancia.
Vía: Cyberpediatria