¿Cómo debe ser el calzado del bebé? Lo primero que hay que tener en cuenta es si el bebé ya anda o no, ya que durante los primeros meses no hace falta calzado de ningún tipo, simplemente unos calcetines o patucos que le protejan los pies del frío.
A medida que crece, y comienza a gatear, su calzado debe ir evolucionando. ¿Quieres saber cuál es el zapato ideal en cada fase?
Durante los primeros meses, si quieres «vestir» los pies el bebé, para que no vaya en calcetines, puedes utilizar un zapato-guante, donde tanto la suela como la parte superior sean de un material suave, preferiblemente piel, para permitir la transpiración del pie.
Cuando el bebé comienza a gatear, el calzado-guante debe ir reforzado en punta y talón, para evitar rozaduras. Y ya cuando comienza a andar, es el momento de introducir suelas más firmes para proteger la planta.
Aún así, las únicas partes que deben ser potentes son la punta y el talón. La primera sirve para evitar que se den golpes en los dedos, y debe ser lo suficientemente ancha y alta para que los deditos estén libres. En cuanto a la suela, debe ser flexible, especialmente en la zona en la que el pie dobla para caminar.
El zapato debe estar realizado con piel para permitir una correcta transpiración, y aún así, no debe ponerse varios días seguidos, sino alternar con otros. La plantilla no necesita ningún tipo de almohadillas que fuercen una falsa bóveda y el tacón debe ser recto.
Por último, recuerda que las botas no son adecuadas para niños de menos de 2 años. Es preciso que el zapato les deje libre el tobillo para que puedan aprender a andar correctamente.
¿Cómo es el calzado de tu pequeñ@?