Dos tratamientos comúnmente aplicados a parejas con problemas de fertilidad son una pérdida de tiempo, según un estudio liderado por la Universidad de Aberdeen, en Escocia, Reino Unido.
Actualmente, a parejas que no logran concebir y no tienen una causa determinada de infertilidad se les suelen recomendar tratamientos basados en el fármaco Clomid (nombre comercial del citrato de clomifeno) e inseminación artificial.
Pero pruebas llevadas a cabo en 580 mujeres en Escocia detectaron que esos tratamientos no eran más efectivos que intentar lograr el embarazo de manera natural.
Los estudios -cuyos detalles aparecen publicados en el British Medical Journal- se realizaron durante medio año en cinco hospitales escoceses.
Todas las participantes en la investigación sufrían problemas de fertilidad por más de dos años sin que los médicos pudieran determinar las causas.
Las opciones de tratamiento ofrecidas comúnmente a estos pacientes incluyen hasta seis ciclos de inseminación intrauterina sin estimulación ovárica, que consiste en el depósito de espermatozoides directamente en la matriz.
También es práctica habitual el suministro del Clomid, un medicamento creado para provocar y estimular la ovulación.
Sin embargo, hasta ahora no se habían llevado a cabo controles rigurosos sobre la efectividad de esos tratamientos.
Durante los seis meses en que se realizó el estudio, 101 mujeres lograron embarazos exitosos. De las que intentaron concebir de manera natural, el 17% logró su objetivo.
En cuanto a las pacientes de Clomid, el 14% pudo concebir, mientras que el porcentaje de éxito con la inseminación fue del 23%, lo cual no es significativamente diferente a las posibilidades de embarazo sin intervención médica.
Entre el 10 y el 20% de las mujeres que tomaron el medicamento tuvieron efectos secundarios, como dolores abdominales o de cabeza, náuseas, sofocos e hinchazón.