El calor durante los meses de embarazo es probable que te resulte más molesto de lo habitual. Además, puede que te preguntes cómo afecta en tu embarazo, más allá de hacerte sentir más cansada y pesada.
Durante el embarazo eres más proclive a un golpe de calor y a la deshidratación, por lo que si quieres disfrutar al máximo del verano (que seguro que te apetece) tienes que tomar ciertas precauciones para protegerte de las altas temperaturas, lo que además te hará sentirte más ligera y animada. ¿Quieres algunos truquillos para conseguirlo?
¿Por qué se es más vulnerable al calor durante el embarazo? Se debe (como siempre) a una cuestión hormonal, que favorece una mayor cantidad de transpiración a través de la piel, lo que te deja más desprotegida frente a la deshidratación.
Además, sin llegar al golpe de calor, las altas temperaturas te pueden producir agobio, cansancio y mal humor.
Veámos qué hacer para evitarlo:
- Haz los recados a primera hora de la mañana o última de la tarde. Ir a la compra a mediodía podría acabar contigo, organiza tu día de forma que le saques partido a las horas más frías.
- Elige lugares frescos: en la ciudad, camina siempre por la sombra. Si vas a la playa a la montaña, busca un árbol o sombrilla cuya sombra te cobije.
- Usa ropa de fibras naturales: alogodón, lino, o hilo permiten una buena aireación.
- Evita la exposición directa al sol a las horas centrales del día. Además, recuerda que el sol es más peligroso durante el embarazo: usa siempre crema solar alta y lleva sombrilla.
- Bebe mucho para prevenir la deshidratación: sobre todo agua y bebidas isotónicas. Evita los refrescos porque acaban provocando más sed.
- Para refréscarte, siempre es buena idea darse una ducha con agua tibia, ir a la piscina o meterse en el mar. ¡Disfruta de los placeres del verano!
- Trata de mantener la regularidad en las comidas, pero saca partidos de los platos más refrescantes: ensaladas y frutas.
¿Qué más haces para luchar contra los inconvenientes del calor?