Durante la lactancia es normal que en algún momento tu bebé rechace el pecho y se niege a tomar el pecho lo que suele provocar una gran preocupación en las mamás y, en ocasiones, puede levar a abandonar la lactancia o pasarse a los biberones.
Lo que a veces no sabemos es que ciertos rechazos al pecho son normales.
A este período los pediatras suelen llamarlo la crisis de los 3 meses, y se relaciona con 2 percepciones de la madre: «el bebé toma menos pecho» y «tengo menos leche, ya ni goteo».
En torno a los 2 y 4 meses los bebés suelen ponerse en «huelga» y sólo maman poco tiempo, cuando habitualmente toma pecho más tiempo, y en cambio, al ofrecerle el pecho nuevamente el peque lo rechaza.
Esto suele tener una explicación muy sencilla, se debe a que el bebé ha aprendido en sus primeras semanas de vida a mamar cada vez más rápido por lo que le lleva menos tiempo.
Además suele coincidir con el momento en que la madre nota que sus pechos no están tan llenos y ya no gotean. Y es que hacia los 3 meses, los pechos ya no están constantemente goteando ni están inflamados, esto se debe a que la producción de leche se ha adaptado a la demanda del bebé y, por tanto, la madre le aporta al bebé la cantidad que necesita.