El reposo durante el embarazo es a veces necesario para asegurar la salud del bebé (o de la futura mamá), pero siempre es difícil hacerse a la idea. El principal problema que se presenta cuando el médico recomienda reposo, es el miedo a perder el bebé, pero a eso se suman también el aburrimiento y la incomodidad si hay que pasar varios meses en cama.
Hay dos tipos de reposo: el absoluto (solo se puede salir de la cama para ir al baño) y el relativo (se puede una levantar, estar en el sofá, comer en la mesa…pero no trabajar en las labores del hogar ni salir a la calle). A otras mujeres se les aconseja simplemente que reduzcan las actividades que exijan esfuerzo físico o sean estresantes, pero pueden seguir saliendo a la calle.
¿Cómo afrontar el reposo durante el embarazo?
La mayoría de las mujeres precisan reposo durante los primeros meses de embarazo, o bien durante los últimos, pero también es cierto que hay quien tiene que pasarse los 9 meses prácticamente en cama. Las causas que exigen reposo son muy variadas: amenaza de abortos por sangrados, placenta previa, crecimiento intrauterino retardado, cerclaje del cuello uterino… es importante que hables claramente con tu ginecólogo para que te explique por qué es necesario el reposo (entenderlo bien te hará más fácil sobrellevarlo) y cómo se va a controlar el embarazo.
Piensa que hay muchísimos casos en los que se recomienda reposo y que salen bien, y trata de no darle vueltas a la cabeza, porque el estrés no ayuda. Repítete a ti misma que, si tu embarazo está controlado, no tiene por qué surgir una complicación. Puede que también te ayude hablar con otras mujeres que hayan pasado por esa situación y que ya estén con su bebé en brazos.
Además, si no puedes levantarte de la cama, intenta no agobiarte. Se trata de una situación temporal, necesaria para conseguir un bien mayor y puedes tratar de aprovechar el tiempo para hacer cosas: leer, ver películas que tenías atrasadas, escribir, aprender a hacer cosas nuevas (ganchillo, un idioma, papiroflexia…) pero también para preparar el parto y los primeros días: busca toda la información que puedas, lee, mira videos…
Además, es muy conveniente que recibas visitas de amigos o familiares en casa, porque eso te ayudará mucho a que la tarde se pase volando.
Desde un punto de vista práctico, también hay unas recomendaciones que debes seguir:
- Cuida aún más la dieta: la falta de movilidad hace más fácil el subir de peso y el tener problemas de estreñimiento. Lo ideal es llevar una alimentación variada, ligera y equilibrada, que cuide la ingesta de fibra (muchas frutas y verduras).Por otro lado, prescinde de las grasas saturadas y trans presentes en precocinados, o bollería industrial.
- Cambia de posición: aunque tengas que estar acostada, conviene que vayas variando tu posición para estar más cómoda y prevenir trombos. Eso sí, pasa el mayor tiempo posible acostada de lado, porque no es bueno tumbarse boca arriba (el peso del útero aplasta la vena cava).
Si el médico te recomienda reposo, tendrás que pedir una baja en la empresa por incapacidad temporal (sujeta a las misma condiciones que la baja por enfermedad habitual); recibirás un subsidio equivalente al 75 por ciento de tu base reguladora, aunque determinados convenios empresariales lo completan hasta el 100 por 100 (siempre y cuando hayas cotizado al menos 180 días en la Seguridad Social).
Si simplemente te recomienda disminuir la actividad laboral, lleva un justificante médico a tus jefes y solicita la reducción de jornada o un cambio de puesto de trabajo a otro con menos actividad.