Según un estudio, los infartos en mujeres relativamente jóvenes son poco frecuentes, pero el embarazo duplica o triplica el riesgo.
De ahí que se recomienda que los médicos que atienden a las mujeres durante el parto y el posparto conozcan la incidencia ocasional de los infartos en el embarazo y no subestimen los síntomas en estas jóvenes pacientes.
Los doctores Elkayam, de la Escuela de Medicina Keck de la USC en Los Angeles, y Arie Roth, de la Escuela de Medicina Sackler, en Tel Aviv, Israel, hicieron una revisión de datos sobre 95 mujeres con infartos durante el embarazo y de los registros de ocho de sus propias pacientes.
Los infartos ocurrieron en todas las etapas del embarazo y durante los tres meses posparto y fueron más frecuentes en mujeres con embarazos múltiples y las mayores de 30 años, publicó el equipo en Journal of the American College of Cardiology.
La tasa de mortalidad fue del 11% en las madres y del 9% en los bebés por nacer.
Las causas de los infartos fueron la acumulación de placa en la arteria coronaria (41 casos) y coágulos sanguíneos (ocho casos). En 28 mujeres se registró una causa rara, como es el desgarro de una coronaria.
Intentar identificar a las embarazadas en riesgo de infarto puede ser difícil. Si se utiliza la prueba de ejercicio, los investigadores recomiendan un enfoque submáximo con control fetal y agregaron que deberían utilizarse lo menos posible las radiografías y otras pruebas con radiación.
Los investigadores señalan que los riesgos de consumir estatinas para bajar el colesterol durante el embarazo superan a todo beneficio posible.
Apenas 10 mujeres en el estudio tuvieron un parto por cesárea, lo que sugiere que cuando se logra estabilizar a una mujer embarazada después de un infarto, «el parto vaginal puede ser relativamente seguro«.