El screening es una prueba para detectar si el feto nacerá con enfermedades congénitas. No entraña riesgo ni en la madre ni en el hijo, y sirve para medir el riesgo de que el feto tenga una discapacidad, como síndrome de down, síndrome de edwards o disgeneisa gonadal.
El screening se realiza entre las semanas 11 y 13 de embarazo. Consiste en un análisis de sangre y una ecografía. A partir de esos datos, y teniendo en cuenta la edad de la madre, los médicos obtienen el porcentaje de riesgo de que el feto sufra una enfermedad congénita.
Si da un riesgo bajo, existe la casi certeza de que el niño será sano al nacer. Si el riesgo es alto, a la madre se le aconseja hacer la prueba de la amniocentesis. Ésta sirve para saber si el feto tiene una enfermedad congénita. En caso positivo, especifica cuál es (down, turner…). El problema es que casi un 1% de amniocentesis provoca la pérdida (muerte) del feto.