Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (EE.UU.), el estrés durante el embarazo podría aumentar el riesgo del bebé a desarrollar asma en la infancia. Los resultados de la investigación muestran que las mujeres que están estresadas durante el embarazo podrían pasar este estrés al bebé en la forma de una mayor sensibilidad a la exposición a los alérgenos y posiblemente en un mayor riesgo de asma en el futuro.
El estrés de la madre durante el embarazo puede también influir en el sistema inmune de los bebés en desarrollo. Aunque los estudios en animales sugieren que la combinación de estrés y exposición a los alérgenos durante el embarazo podría magnificar los efectos sobre el sistema inmune, este es el primer estudio que examinó esto directamente.
Los investigadores analizaron niveles de estrés maternal y exposición de la madre a alérgenos de ácaros del polvo en el hogar mientras estaban embarazadas con relación a la expresión de IgE en la sangre del cordón umbilical, un marcador de la respuesta inmune del niño en el nacimiento, en 387 bebés. Los niños participaban en el proyecto ACCESS de Boston sobre asma, ambiente y estrés social.
Los resultados mostraron niveles elevados de expresión de IgE en la sangre umbilical de los bebés cuyas madres habían sufrido altos niveles de estrés incluso cuando estuvieron expuestas a niveles bajos de ácaros del polvo durante el embarazo. Esto indica que el estrés de la madre magnificó el efecto de la exposición al polvo sobre el sistema inmune del bebé de modo que su respuesta inmune al nacer podría estar alterada incluso con bajos niveles de exposición al polvo en el hogar.