En verano es bastante frecuente que disminuya tu apetito, pero esto no es excusa para abandonar la dieta equilibrada que has seguido durante el invierno así que continúa con las mismas recomendaciones sobre cómo debe ser la dieta durante el embarazo. Lo ideal es adaptar tus buenos hábitos a la llegada del calor optando por los platos fríos, como las ensaladas de legumbres, verduras, gazpachos y frutas en abundancia.
Es conveniente reducir el consumo de sal y beber como mínimo dos litros de agua para mantenerte bien hidratada y soportar mejor el calor.
En vacaciones es habitual salir a comer fuera, por lo que debes aumentar las precauciones a la hora de elegir tu plato. Evita las salsas caseras, mariscos y hortalizas en los establecimiento desconocidos, pues el calor deteriora más rápidamente los alimentos y si éstos están en mal estado, pueden provocar una infección gastrointestinal.
En cuanto a las ensaladas, te recomiendo este artículo ya que hay que tomar una serie de precauciones sobre este plato: las ensaladas durante el embarazo.