La mastitis es una infección que provoca la inflamación de la mama, y no hay que confundirla con ciertas molestias naturales que se sienten durante la subida de la leche. Aunque la mastitis no es exclusiva de la lactancia, la gran mayoría de los casos suceden en este momento. Aproximadamente afecta a un 3% de las mujeres en su etapa de postparto.
Se origina por la entrada en el tejido interno de las mamas de bacterias que normalmente viven en el exterior de la piel. Durante la lactancia, la fisuración de la piel de los pezones y un mal vacíado de las mamas facilita el acceso de las bacterias.
Pero lo que realmente te interesa saber es: ¿se puede prevenir? ¿cómo se trata?
Antes de nada repasemos los síntomas de la mastitis:
- Dolor de la mama
- Aumento de tamaño de la mama
- Enrojecimiento y calor en la mama
- Posible secreción de pus por el pezón
- Presencia de ganglios inflamados en las axilas
- Fiebre y malestar
¿Cómo se puede prevenir la mastitis?
Como ya hemos visto, la mastitis se origina por la entrada de bacterias en el tejido interno de la mama, así que una buena higiene es fundamental para evitar este proceso.
- Limpia frecuentemente el pezón y la areola con agua. No uses jabones ni alcohol ya que resecan la piel barriendo la grasa lubricante natural que produce.
- Amamanta frecuentemente a tu bebé, vaciando bien cada mama.
- Si trabajas, usa un sacaleches para evitar congestión mamaria.
- No uses sujetadores apretados.
- Bebe muchos líquidos.
¿Y qué ocurre si aún así se presenta la mastitis? Lo más importante es que acudas al médico al menor síntoma, y no te automediques. Sigue sus indicaciones en todo lo que te diga. Además, hay algunas recomendaciones generales:
- Si puedes dar de mamar el pecho afectado, hazlo, empezando por él.
- Si tienes que tomar antibióticos o las molestias son tan severas que no puedes dar de mamar, retira la leche con un saca-leches.
- Evita posiciones de lactancia en la que tu bebé tiene que halar mucho el pezón. Es bueno optar por colocar al niño en posición inversa, es decir, con su mentón apuntado hacia la axila.
- Usa los analgésicos y/o antibióticos recetados por tu médico.
- Bebe muchos líquidos.
- Disminuye el consumo de sal.
- No uses ropa ajustada.
- Usa compresas de agua fría para controlar la inflamación y, posteriormente, de agua tibia para estimular el descenso de leche.
- Masajea las mamas desde la base hacia el pezón para facilitar su drenaje.
- Lávate las manos antes y después de manipular el seno afectado.
¡Espero que, sabiendo esto, los síntomas pasen lo más rápidamente posible!
Vía: Maternofetal y Tu otro médico