El retraso de la maternidad conlleva un aumento de anomalías en los embriones, lo que provoca abortos de repetición y fracasos en las técnicas de fecundación in vitro, según los expertos que asisten en Barcelona a un Simposio Internacional de Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP).
Aseguran que en los últimos años son cada vez más necesarias técnicas de reproducción asistida para afrontar el deterioro de la fertilidad femenina ligado al paso del tiempo, porque las mujeres han retrasado la maternidad.
Según estos expertos, la demanda de Diagnóstico Genético Preimplantacional, como se denomina a la técnica de análisis de embriones, está aumentando y en un años ha crecido en un 75%, hasta el punto de que en los centros de referencia se aplica en dos de cada diez parejas.
Según Esther Velilla, especialista en DGP y directora del Centro de Medicina Embrionaria, a los 35 años el 40% de los embriones de una mujer son anómalos, a los 38 años un 65%, y a los 41 años un 80% presenta anomalías.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional consiste en la extracción de una célula del embrión, obtenido por fecundación in vitro, para ser analizada y detectar así posibles anomalías. Esta técnica permite evitar la transferencia de embriones sin posibilidades de embarazo, reduciendo así el coste económico y emocional para la pareja.
También han destacado que a los centros de reproducción asistida asisten cada vez más mujeres que rondan los 40 años y que se plantean tener un hijo sin saber que, a su edad, lo más habitual es que ya hayan agotado su reserva de óvulos capaces de dar lugar a un niño sano.