La vitamina C es uno de los nutrientes más beneficiosos y necesarios. Es imprescindible en tu alimentación y en la de tu hijo, porque además de reforzar las defensas, influye positivamente en la regeneración de los tejidos, huesos, heridas y en el óptimo mantenimiento de la piel. Por ello es importante la vitamina C para bebés y niños, pues es el complemento perfecto a la hora de mantener una buena salud y las defensas altas.
Por otro lado, es común darles a los niños una pastillita de vitamina C cuando tienen gripa, y sí, funciona muy bien que, con algunos cuidados, este padecimiento desaparece a los pocos días.
En este artículo de Blog de bebé, veremos todo sobre la vitamina C para bebés y niños, y cómo tú siendo mamita, puedes suministrarle la dosis correcta a tus hijos. ¡Veamos!
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C, científicamente conocida como ácido ascórbico, es un nutriente esencial e hidrosoluble que desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud del cuerpo humano. Esta vitamina actúa como antioxidante, protegiendo las células del organismo contra el daño causado por los radicales libres, y es esencial para la síntesis de colágeno, la absorción de hierro, y el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Además, se encuentra una variedad de alimentos ricos en vitamina C, especialmente frutas cítricas y vegetales frescos, y es fundamental para mantener el crecimiento, desarrollo y bienestar general.
Funciones principales de la vitamina C para bebés
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un nutriente esencial y soluble en agua que desempeña una serie de funciones vitales en el cuerpo humano:
1. Antioxidante
La vitamina C es un antioxidante natural que tiene un papel fundamental en la protección de las células del organismo contra los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden dañar las células y su ADN. Esto contribuye al envejecimiento prematuro y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
2. Síntesis de colágeno
Esta vitamina es esencial para la formación de colágeno, una proteína estructural clave en el cuerpo humano. El colágeno es necesario para mantener la salud de la piel, los huesos, los vasos sanguíneos, los cartílagos y otros tejidos conectivos. Su función es proporcionar resistencia y elasticidad a estos tejidos, lo que es crucial para la cicatrización de heridas y la integridad de la piel.
3. Sistema inmunológico
Contribuye al funcionamiento adecuado del sistema inmunológico. Se ha demostrado que el consumo regular de vitamina C puede fortalecer las defensas del cuerpo y ayudar a prevenir infecciones, así como reducir la duración y gravedad de los resfriados comunes.
4. Absorción de hierro
La vitamina C mejora la absorción del hierro no hemo, que es el tipo de hierro presente en alimentos de origen vegetal como legumbres y cereales. Al consumir vitamina C junto con alimentos ricos en hierro, se facilita la absorción de este mineral en el intestino, lo que es especialmente importante para prevenir la anemia por deficiencia de hierro, especialmente en personas que siguen dietas vegetarianas o veganas.
Vitamina C para bebés y niños: ¿cuánta vitamina C necesitan?
Presta mucha atención a la siguiente guía de dosis correcta en vitamina C para bebés y niños:
- Bebés de 0 a 6 meses. En los primeros seis meses de vida, nuestros bebés obtienen la mayoría de los nutrientes, incluyendo la vitamina C, de la leche materna o la fórmula infantil. ¡Alrededor de 40 mg de vitamina C al día es suficiente en esta etapa!
- Bebés de 7 a 12 meses. A medida que los pequeños exploran nuevos sabores con alimentos sólidos, es hora de agregar un poco más de vitamina C a su dieta. Unos 50 mg al día, provenientes de purés de frutas y verduras, son una excelente opción.
- Niños de 1 a 3 años. La recomendación diaria de vitamina C es de aproximadamente 15-20 mg. ¡Puedes incluir frutas frescas y verduras en su menú para cumplir con este objetivo!
- Niños de 4 a 8 años. Para los niños en este grupo de edad, alrededor de 25 mg de vitamina C al día es ideal. Recuerda ofrecer una variedad de alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, fresas, kiwis y pimientos, para asegurarte de que obtengan los nutrientes necesarios.
- Niños de 9 a 13 años. A medida que se acercan a la adolescencia, sus necesidades nutricionales aumentan. ¡En esta etapa, apunta a unos 45 mg diarios de vitamina C! Los alimentos mencionados anteriormente, junto con otros alimentos ricos en vitamina C, son esenciales para satisfacer estas necesidades.
Recuerda que estas son pautas generales y que cada niño es único. Una dieta variada y equilibrada es la clave para asegurarte de que obtengan la cantidad adecuada de vitamina C. Si tienes preguntas o inquietudes sobre la dieta de tu hijo, no dudes en hablar con un médico. ¡La salud de tus pequeños es una prioridad!
¿Cómo saber que los niños tienen déficit de vitamina C?
Detectar un déficit de vitamina C en los niños es importante para abordar cualquier problema de salud relacionado con esta deficiencia. Aquí hay algunas señales y síntomas de su déficit:
- Problemas en la piel
- Debilidad y fatiga
- Problemas en las encías
- Infecciones frecuentes
- Dolor articular y muscular
- Problemas de crecimiento
- Cambios en el estado de ánimo
Importancia de la vitamina C en el embarazo
Durante el período de gestación, es esencial que integres vitamina C en tu dieta, ya que juega un papel fundamental en la formación adecuada de los huesos y el desarrollo dental de tu futuro bebé. Además, esta vitamina contribuye al proceso de absorción del hierro en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para prevenir las anemias por falta de hierro que son comunes durante el embarazo.
Una vez que tu bebé ha nacido, es importante proporcionarle este nutriente para fortalecer su sistema inmunológico. Puedes encontrar una fuente natural de vitamina C en las frutas cítricas, que se pueden agregar a su dieta de manera segura. Sin embargo, se recomienda esperar hasta que tu bebé alcance los seis meses de edad antes de introducir este tipo de frutas en su alimentación.
A partir de ahí puedes ir añadiéndolos, uno por uno, no todos a la vez. Y espera al menos dos días para repetir. Debes incluir estos alimentos de forma periódica en la alimentación de tu pequeño. También puedes darle cítricos de forma natural, o en dulces, mermeladas, compotas…